Por Juan Tomás Valenzuela
Parece que a Alicia Ortega,
con el cambio de gobierno,
se le fue el programa al cuerno
y ahora está cogiendo brega.
Aunque aquí, ninguno niega
la honradez de su trabajo,
se le han cortado de cuajo
las fuentes de información,
y denunciar corrupción
se está volviendo un relajo.
Alicia, cogió a Neney
bajo una falsa premisa,
y se aventuró con prisa
a denunciar este buey.
Que había incumplido la ley
repartiendo una pintura,
tras una candidatura
que al tratarla con presbicia,
está en la mente de Alicia,
y no en esta prefectura.
Por la pifia de una hermana
que denunció la gestión,
Alicia, vió corrupción
y le entró de buena gana.
Neney, tiene una semana
enumerando las pruebas,
más sin embargo esta jeva,
le está haciendo caso omiso,
no sé si por compromiso,
o por complacer la gleba.
La pintura prometida
se entregó de acuerdo al plan.
Una de marca Tucán
y otras menos conocidas.
Pero Alicia, se dió vida
denunciando un disparate.
Que si la blanca era mate,
que si la roja era azul,
que se entregó sin glamour,
o que Leonel, está empate.
Tan excelente programa
que era El Informe de Ortega,
y después de tanta brega,
hoy pierde prestigio y fama.
Se le ha vuelto un melodrama
después que gobierna Luis,
conseguir algún desliz
en su gente más cercana,
y escriben pupú de rana
pá no perder la raíz.
Juan de los Palotes
17 junio 2022